jueves, 13 de septiembre de 2012

LO QUE DIJO "EL APUNTADOR"

ENCUENTRO DE TEATRALIDADES EN EL FIARTES-G

Por Santiago Rivadeneira | septiembre 12, 2012

Teatro Delle Radici/Suiza – Obra Track
¿Qué es lo que finalmente se desplegó a lo largo y ancho del Festival Internacional de Artes Escénicas –Fiartes-G- y que el público procesó con asiduidad y aplicación, como “singularidades artísticas”? ¿Cuáles fueron aquellos puntos de giro que cada obra propuso y cuáles fueron los rasgos creadores que las particularizan?
Nos corresponde insistir en las formas que proponían los grupos, contra lo establecido e instituido –insistimos, siempre con sus rasgos artísticos-: la erradicación de la semejanza, lo meramente representativo, lo narrativo y lo “experimental”. Porque toda disposición sensible, aún las de aquellas obras que están concebidas con extrema grandilocuencia o desdén estético, puede producir algún efecto artístico. Y, sin embargo, no se trata exclusivamente de eso porque, con frecuencia, permanece a la vista inmediata el “azar de las ocurrencias sensibles”.
Algunas espectáculos produjeron insólitos consensos, que se rubricaron con tempestuosas muestras de opinión compartida. Se puede hablar que los festivales, en general -y el de Guayaquil no fue una excepción- gestionan una “militancia estética” muy fuerte y participativa. La novedad –aun en sus excesos- es atractiva. Al público, joven principalmente, le convence lo novedoso y piensa que lo “antiguo” (sin muchas adjetivaciones) y la repetición, (sin precisiones) son detestables por estar fuera de contexto. Esto puede significar que debe darse paso a las rupturas absolutas. O que la fortaleza artística siempre está en los quiebres y cuestionamientos de las formas vencidas.
Rimbaud decía: “Hay que ser absolutamente moderno”. Por simple extensión, podríamos decir que ahora se instala el prurito de que “hay que ser absolutamente post modernos”. Pero no existen ideas absolutas en el teatro. Y cada obra tiene la suficiente permeabilidad para adecuarse a la teatralidad y la sensibilidad de cada momento. Y si aquello no ocurre, el mismo tiempo se encarga de cristalizarlas.
No todas las propuestas escénicas (sobre todo las que se presentaron en el Fiartes-G) buscan reivindicar su esencialismo, porque no está en los propósitos de nadie ni en los modos de ser y de percibir la realidad, aspirar a la trascendencia. El teatro debe ser lo que es, y eso significa que el teatro “debe devenir lo que ya tuvo la posibilidad de ser”. (Badiou)
Las intensidades del presente, que el público capta con rapidez, parecen demandar formas de expresión menos sometidas a deliberadas “mutaciones” o innovaciones superficiales. Y aunque en un comienzo se perciba una actitud unánime, hay una capacidad para discriminar y señalar lo que verdaderamente importa: que las teatralidades adviertan sobre el mundo de la vida y los seres humanos.

UN “SER O NO SER” SIN ESPECTÁCULO

Por Santiago Rivadeneira | septiembre 9, 2012

El Colectivo El Sótano de Brasil (Fiartes-G), aprendió a decir “no” a todo: a la estructura dramática, al personaje, al espacio de la representación y a cualquier noción establecida de espectáculo. Porque Maico Silveira, actor y dramaturgo brasileño, autor del texto El día que aprendí a decir no, apostó por el “ser o no ser” como reino de la ambigüedad y de la “post modernidad”.
El teatro es un buen ejercicio para ciertas acrobacias (conceptuales y teóricas), solía decir Badiou, sobre todo en aquellos ámbitos señalados por la dialéctica y la política. Sin embargo, Silveira se deja traicionar por un “exceso de referencialidad” y una ludicidad que más bien desarticula y fragmenta el espectáculo.
Es el actor-personaje (Maico) o personaje-actor (Miguel): caben siempre las dos posibilidades, que busca o intenta dialogar a través de preguntas y respuestas calculadas, reiteradas o triviales en relación con la idea de espectáculo que maneja. Atraviesa por situaciones forzadas e inocuas, desprendidas de teatralidad suficiente. La condena o la consigna, dice, es aprender a vivir sin detenerse demasiado a reflexionar sobre los cambios del mundo y de la vida, por ejemplo decidir entre el agua y el aceite.
Y esa fuerza analogizante no descifra su propio espacio –un cuadrado con focos que cuelgan del techo- y abre tantas compuertas como resquicios podemos encontrar en un espacio post ilimitado. Y, sin embargo, la obra consigue sintonizar con el público joven, interrogarle e intercambiar “puntos de vista” sobre determinados sucesos que narra el personaje.
Como un acto purgatorio, patea una pelota contra las paredes, se despoja de su ropa, se limpia con agua de lluvia, anticipa el final del espectáculo para que no haya más sorpresas (nunca las hubo, en definitiva) y se despide con un último gesto que el técnico –y todos- espera para bajar la luces.

LA VIGENCIA DEL “SEMBLANTE”

Por Santiago Rivadeneira | septiembre 7, 2012
Es una obra que se desliza entre las máscaras –como semblantes- y el gesto que se descompone o se fracciona en un contexto de rara intimidación que compromete las apariencia de los personajes: ella (Camilla Parini) y él (Andrea Fardella), están incomunicados entre sí, pero comparten un mismo espacio, representado por un cuadrado blanco y varios cubos que se activan como parte de la misma sospecha.

Esa distancia con respecto a lo “real” es lo que la obra Track del colectivo suizo Teatro delle Raici, pone en escena con la prolija dirección de Cristina Castrillo, directora y fundadora del grupo. Hay otro elemento, sin embargo, que también cumple su parte en este juego de apariencias: la decadencia del lenguaje. Cuando la capacidad de las palabras para nombrar está comprometida con la inmediatez, solo cabe esperar que actúe el disimulo.

Este estigma gira alrededor del concepto de réplica, pero como negación o desmentido. “Somos la réplica de nosotros mismos”, dicen los personajes-figura. Entonces hacen “crack”, se fracturan y mutan entre la normalidad y la anormalidad, intercambian gestos con la esperanza de que la simbolización deje de ser un estropajo. Sus respectivos semblantes terminan interponiendo un encuentro necesario, solamente a partir de una “fuerza” que conduce al “desenmascaramiento”.

¿Cuál es esa fuerza? Suponemos que la de la ficción.

TEATRALIDAD DE LA POLÍTICA

Por Santiago Rivadeneira | septiembre 6, 2012

El mundo parece que está marcado por una violencia singular, que ha sido capaz de condicionar el propio avance de la humanidad, determinado, además, por las manipulaciones ideológicas y una falsa dicotomía entre moral y política.

Pues, en este trance histórico, bien puede caber la conveniencia de intentar un “nuevo diálogo” entre todos los seres humanos, más presente y actual, que no estuviera subordinado a la semántica de la guerra sino de la legalidad. Así surge el interlocutor necesario, Darwin y su ya poco santa teoría de la evolución de las especies, de modo que cada “espectador” o actor del drama, sea parte de las nuevas revelaciones que pueden ocurrir de un momento a otro.

Descartada la ficción, los Diálogos entre Dios y Darwin, la obra del colectivo Las Patronas de México integrado por Jesusa Rodríguez (como Darwin) y Liliana Felipe (interpretando al piano sendas canciones de su autoría) se pregunta y nos preguntan respecto de la teatralidad de la política. Y cuál es, desde el punto de vista del teatro, el lugar de la representación, de la puesta en escena y la contemporaneidad del hecho escénico. Creo que esta es la cuestión fundamental del espectáculo diseñado como una “cabaret político”, o un performance.

El público que asistió al Teatro Centro de Arte, en el marco del Fiartes-G, seguramente se habrá inquirido: ¿quiénes son los verdaderos actores y en qué escenario les vemos? Sorprende de modo sincero, ese consenso democrático y moral que cobijó a los espectadores (salvo el de alguien que salió de la sala, herido en su susceptibilidad) para condenar las imágenes de los pícaros de la falsa política, proyectadas en una gran pantalla, como la del dictador chileno Augusto Pinochet, reírse con ganas de las “equivocaciones” de Dios y suscribir una encuesta para que mejoren sus servicios divinos.

Los diálogos… no nos situaron en ciertos juegos de lenguaje o en la presencia del cuerpo, sino en una construcción de verdades señaladas con un alto sentido del humor, ironía y desparpajo.

TESTIGO DE LAS RUINAS

Por Genoveva Mora | septiembre 4, 2012
Mapa Teatro, dirigido por Rolf y Heidi Abderhalden abrió la fiesta, Fiartes-g. Este grupo paradigmático del teatro colombiano pone sobre las tablas una dramaturgia visual, construida con el registro de la desaparición de un barrio, El Cartucho, en pleno Bogotá.
Varias pantallas, que de momento se convierten en una gran panorámica, recogen los retazos de vida y el abrumador escombro del desalojo. Los personajes son seres que regresan o deambulan en las ruinas de aquel que fue su refugio. En la escena no hay actores, simplemente y por momentos, hay personas (del grupo) que intervienen en el video, como para confirmar que hay vida latiendo en medio de la ruina.
Mientras la proyección ocurre, el proscenio está habitado por una habitante –Juana Ramírez- que vivió en ese barrio, ella pareciera continuar con su labor de siempre: hacer arepas y chocolate, y es que a pesar del destiempo, la cotidianidad asoma como lo único permanente, lo tangible, el alimento que nos mantiene vivos.


Con-cierto olvido

Por Genoveva Mora | septiembre 4, 2012


Amiel Cayo, Ana Correa, Cosafranca, Débora Correa, Julián Vargas, Rebeca Ralli y Teresa Ralli; integrantes de Yuyachkani/Perú, dirigidos por Miguel Rubio, ponen en escena su historia de grupo, de sus cuarenta años en la escena.
Es cierto, fui pensando ver teatro, en el sentido convencional, y me sorprendí con una propuesta que trasciende lo teatral, entendido como representación.
Siete personajes que no buscan actor, se presentan y ponen su cuerpo en la escena, ellos y ellas se convierten en documento que hace posible leer una historia personal y escénica. La música y la palabra son las herramientas para compartir algo que está inscrito en su interior.
Una hora y más cautivados por la sinceridad de un trabajo que no escatima nada. Cada uno de los actores es un personaje en sí mismo; sus voces son diáfanas y potentes, a pesar de los años.
Con- cierto olvido es un guiño a la memoria, es la constatación de que los cuerpos llevan inscritos, no solo en la piel sino en el espacio intangible del recuerdo, el tiempo vivido y el soñado, presente y porvenir.

ENSAYO SOBRE LA SOLEDAD

Por Genoveva Mora | septiembre 2, 2012
“En la capital de este reino gobierna un pirata batracio desde un tremendo despacho rodeado de un montón de sapos…”
Ensayo sobre la soledad, se estrenó anoche en Fiartes-g XV edición, del grupo Muégano, con un segundo texto de Santiago Roldós, que en esta ocasión solamente dirige. Actúan las mujeres: Pilar Aranda, la directora actoral, Marcia Cevallos y Aída Calderón, quien debutó con el grupo.
Un texto que retrata de manera irónica y sin disimulo el rompecabezas de los afectos, las relaciones de niñ@s y madres, querencias convertidas en gestos mecánicos y sin sentido. Chic@s que trasladan sus apetitos de amor a héroes absurdos de la tele donde también se reconstruye una estructura de poder.
Ciudades de parques abandonados, familias de afectos vacíos, niños vacíos de afecto…
Una puesta en escena donde prima la parodia de un lenguaje corporal que hace gala de entrenamiento, tal cual ocurre con los héroes de la pantalla. Un simulacro muy bien pensado, que de rato en rato nos recuerda, ya sea desde la voz de su director o desde la de las actrices, que “solamente” se trata de teatro… por tanto, que la realidad es más contundente.
Ensayo sobre la soledad recorre las instancias desde donde se construye el conocimiento de la niñez, padres, escuela, etc. … y nadie queda a salvo de esta crítica armada con ingenio e inteligencia y con mucha certeza actoral.


Marcia Cevallos y Pilar Aranda
( qué pena que no tenemos una foto de Aída Calderón, si alguien la tiene será bienvenida)


ENCUENTRO INTERNACIONAL DE DIRECTOR@S ESCÉNIC@S

Por elapuntador | septiembre 1, 2012
Fiarte-g que en este año celebra 15 de existencia, y diría también de resistencia, sobre todo en estas últimas ediciones. Propicia, entre las actividades paralelas al festival, esta mesa de exposición y diálogo con personajes del ámbito latinoamericano, director@s que compartieron su experiencia y, lo más relevante, la posibilidad de entender, desde sus discursos, el teatro que producen, sus estrategias de sobrevivencia, sus búsquedas y hallazgos a nivel estético, técnico, y, preponderantemente, su posición y responsabilidad política con cada uno de sus países.
La mesa la moderó Jaime Gómez Triana, teatrólogo cubano que ha estado muy ligado a este festival dirigido por Jorge Parra, quien ha encontrado en la gente del ITAE un soporte, especialmente a nivel intelectual y un espacio que da cabida a este tipo de actividades; de hecho aquí se desarrollan los talleres propuestos por el festival.

Jesusa Rodríguez – Las Patronas
En México vivimos como en Irak, pero a diferencia de allá las bombas son de dinero, las mafias son cada vez más evidentes; en este contexto trabajamos poniendo nuestra herramienta, el teatro, al servicio de una causa política, del cambio de México. Nos oponemos a un régimen de ocupación que EU tiene sobre nuestro país.





Santiago Roldós – Muégano Teatro
Pilar es la directora del grupo, yo soy de los montajes…el teatro es un lugar altamente importante es el lugar desde donde hago “otra política”, el lugar desde donde puedo hablar de la realidad, es una forma de resistencia.

Rolf Abderhalden – Mapa Teatro
¿Cómo estamos en la Polis, cómo dialogan las preguntas del arte, de la estética con las leyes del mundo, con nuestro estar en el mundo? Esta amplia pregunta nos llevó a eso que llamaríamos las micropolíticas, y la poética y la política, esa tensión entre estas dos instancias fundamentales en nuestra vida de artistas, que pertenecemos a un lugar al que le cuestionamos: Colombia.


Nelda Castillo – Ciervo Encantado
El teatro ha sido una tabla de salvación, en primera instancia personal.
Ya como directora, empecé a investigar aquello que un día enunció Flora Lauten, “trabajar con tu esencia y no con tu personalidad”. He trabajo mucho con la noción de cubanosofía, de Alfonso Bernal, abordamos un tema álgido sobre la cubanía desde personajes que empiezan a cuestionar la maravilla de lo que es Cuba, desde la ironía.




Miguel Rubio- Yuyachkani
Cuando tienes más de 40 años haciendo teatro es muy difícil que el pasado no sea el único presente. Yuyaschkani quiere decir “estoy recordando”.
A partir del 2001 en que se forma en el Perú la Comisión de la verdad, encargada de estudiar las responsabilidades del conflicto armado del Perú; el mayor logro de esta comisión ha sido cancelar muchas representaciones no solicitadas, y llevarnos a un campo en el que nos preguntamos cómo actores sociales, como ciudadanos, ¿qué hacer desde dónde estamos, cómo dar nuestra voz sin tener que suplantar una presencia?

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